Una gota de agua
salió un día a caminar.
Y encontró que en la tierra
no hay nada que regar.
De pronto un gorrioncito
pasó por el lugar,
cantando su desdicha,
no había donde anidar.
Cruzó los valles y montañas,
y allí todo era pedregal.
El desierto se sentía más caliente,
y sin oasis casi que se evaporó.
Buscaba el río y el mar,
quiso desmayar, no los encontró.
Los polos fue a visitar,
se puso a llorar, el sol los seco.
Pasaron los días,
y de tanto deambular,
se sintió más pequeña
y esto se puso a pensar:
la tierra era un encanto,
pero, que puedo hacer,
no la cuidamos nunca,
nos toca perecer.
¡ Levántate mi niño a tu colegio!
que el agua esta más fresca y rica hoy.
El astro rey también viene bajando,
y alegre Dios nos dá su bendición.
¡Que bueno a sido soñar!
recordaba Juan con preocupación.
El agua, hay que conservar,
es la gran verdad, es la vida de hoy.
Y así la historia acabó,
con esta canción de H2O.
Autor: Alfonso Berrio Acosta
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